¿Por qué esta acumulación que parece una extensión de mí como un tumor? Sueños en estanterías de bucket lists, saberes que ya no saben más que insípido, proyectos a medias, o descalzos y sin ganas de caminar. Soy un compendio de tomos de historias, un desorden de actos que parecen desacompasados, sin propósito, en secuencia resabiada. Insisto en escribir “que parecen”, por la inocente esperanza que aún mantengo de que tal vez todo este actuar en el mundo, que me extenúa como las patadas y manoteos de un bebé, pueda tener algún final feliz, y por feliz simplemente digo que algún día alguien llegue a revelarme que todo fue parte de una coreografía con sentido y sensata justificación. Eso nunca pasará. Acumulo como para agarrarme del mundo, de su materia prima, de su sustancia sublime; el conocimiento, la imaginación, el árbol. No importa cuál es cuál. Me lleno de libros, plantas, lápices y papeles. Con ellos me dediqué a construirme una casa, y con ellos la borro y la vuelvo a pintar, y la desbarato y es portátil y firme y me cansa cargarla y luego me levanta ella a mí y me acurruca en este pequeño lugar del mundo con un orden secreto, en donde un espejo me dice que respiro y gesticulo, y mi mano escribe para vivir y la otra pinta para que no le importe. ¿Somos este acumular o es solo el juguete que encontramos para entretenernos? Algún día alguien llegará a decirte que todos los puntos se unen y tu le creerás, y será Steve Jobs y te parecerá fabuloso tenerle fe, y repetirás la frase y ahí estaremos, sincronizados en la acumulación de letras del alfabeto creyendo que nos explicamos la existencia los unos a los otros en un gran acto humano de bondad. Majestuoso ego globalizado. Prendámonos todos al delirio de tranquilidad de la llenura, continuemos imparables que los anaqueles están abarrotados, a la despensa le cabe un plato más, al garaje otra herramienta, al joyero otro collar, a mi biblioteca le falta el mundo entero. Igual moriremos agarrados con las manos entumecidas, y ya alguien nos las soltará sin que nos demos cuenta, dejándonos ahí, tirados, sin nada. Acumulados en la tierra.
Emma Sánchez
Emma Sánchez Bedoya 